DE UN DÍA AL OTRO
No viniste a buscar
el resto de tus cosas
ni me llamaste. Nada.
Te veo aparecer
en Facebook a lo largo
del día, pero ni
vos ni yo nos decimos
nada en alfanumérico.
Pasa el lunes. No se oyen
ni el eco de tu voz
ni el eco de los días
en que fuimos felices.
Limbo de la mesura.
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