NO LES IMPORTA NADA

Una ganancia rápida 
y segura, la soja. 

Y mientras tanto llueve 
sobre todos nosotros. 

Y una cortina de humo 
cae sobre estos hechos. 

Y la Pampa se inunda 
y se desertifica. 

PEPERINA Y EL COMEBIROM

No seas provinciano: 
aunque sea famoso 
--y yo no lo sabía--, 
no me pongás el cuerpo 
para apartarme. Casi 
como otros cordobeses 
con Macri, con el Papa. 

¡PAGATE UNA PIPETA!

El perro se nos sube 
al sommier, pero no 
cuando estamos nosotros 
sino de puro sátrapa, 
a escondidas. Lo echamos 
y lo retamos. Es 
como un niño: no sabe 
ni de bien ni de mal. 
Tener hijos no es fácil: 
se salen con la suya 
porque nos enternecen 
demasiado. Paciencia 
y pulgas en las colchas. 

TODA AFIRMACIÓN ES UNA NEGACIÓN

Pampita, que no ignora
lo que es la poesía,
prefiere, inmarcesible,
tomar sol con la radio
puesta más bien bajito
--Madonna, Beyoncé--
en las playas ardientes
del Caribe. ¡Qué bueno,
ir en yate y no en subte
los eneros! Desnuda,
lejos de paparazzi
atrevidos, se pasa
el bronceador y piensa
que la Gente hace mucho
que no la saca... "Dale,
abrile al paparazzi."
(Sonrisa modo on.)

LA DIGNIDAD DE LOS NADIES

Las luchas son concretas. 
¿Tienen hambre los chicos 
del barrio? Comedor 
infantil. ¿Te rematan 
los campos? Boicoteo 
de la subasta. ¿Está 
que ya no se sostiene 
el nosocomio? Canje 
de remedios. No sirven 
las buenas intenciones 
de tu almita yirando 
frente al tele. Aprendé 
de esos ejemplos. Una 
continuidad con tu 
entorno, un trampolín. 

ANTOJOS DE ANTONELLA

Ella toma su mate 
y juega con el perro. 

Mira las rosas chinas 
y eso solo la colma. 

Ella se fuma un pucho 
y me pide un poema. 

Poema que se acerque, 
si puede, a su esplendor. 

Ella es, en la mañana, 
un cuerpito feliz. 

ODI ET AMO

Cuando peleamos quiero 
alejarme de todo 
y en especial de vos. 

De vos o de tu voz, 
esa piel de tu cuerpo 
frente a mí, inclaudicable. 

(Tu ser, inclaudicable, 
única fuente, nombre 
que no surgió de mí.) 

Y de repente, mi 
odio se desvanece 
y de nuevo te quiero. 

A LA GILADA NI CABIDA

Neruda se arrepiente 
bastante de haber sido 
amante de Pampita: 
ahora, con los flashes 
a cada rato haciendo 
de su perfil materia 
de infundios y versiones, 
duerme mal. Con Pampita 
era todo lujuria, 
cierto, pero las tapas 
de las revistas cool 
jaquean sus espacios 
más íntimos, y no 
hablan ni por asomo 
de sus versos. "¡Yo fui 
Premio Nobel!". No estás, 
Pablito, exento de 
los gajes de la odiosa 
fama a que te expusiste. 

ME DOY

El poeta no sabe 
qué anda pasando. Bueno: 
quizá nunca lo sepa. 
Sospecha, nada más, 
y mientras envejece. 
Últimamente admite 
que se equivoca mucho. 
Se habrá reblandecido: 
llora con las películas, 
y se enoja y después 
pide perdón. Es uno 
de los nuestros. Sucede 
que le creía al mote 
de poeta. Admitamos 
que también a nosotros 
nos sacaron la roja 
alguna vez. En fin. 

HOME SWEET HOME

Domingo por la siesta. 
Preparás en tu compu, 
en tu escritorio, clases 
para el martes (pero has 
jugado con el perro 
y al ajedrez, y vimos 
una entrevista a los 
arwacos, cosa así) 
y este poema a modo 
de fragmento de imberbe 
diario no te dibuja 
muy bien con sus palabras. 
Quién sabe para qué 
se los intenta. Vos 
dirás: "son garabatos, 
nada más". Sí: discursos 
deshilachados, simples 
que juegan a tu nombre, 
sonidito con luz. 

LA TETA UNIVERSAL

La mayoría somos 
como el ganado. Un hombre 
asesina a cincuenta 
musulmanes. La tele 
transmite la noticia 
--hoy pero no mañana-- 
y nosotros quedamos 
en estado de shock, 
aunque sólo un minuto 
porque el fútbol la anula. 
Todos lactamos de 
esa teta que brinda 
morbo y colores y 
musiquita: queremos 
ser para siempre niños 
y que siga la tele.